Convivencia escolar y Prevención de la violencia

martes, 20 de febrero de 2007

Terra

(Hay actualizaciones)

El 30% de las familias madrileñas piden una mayor participación en la escuela de sus hijos


El 30 por ciento de las familias madrileñas piden tener una mayor participación en las escuelas en las que estudian sus hijos, según indicó hoy la catedrática de Psicología de la Educación de la Universidad Complutense, María José Díaz Aguado, durante la presentación del estudio 'Las familias de Madrid ante la adolescencia y su educación. Cómo mejorar la convivencia y prevenir el acoso y otras formas de violencia', realizado por la Consejería de Familia y Asuntos Sociales y la Unidad de Psicología Preventiva de esta misma universidad.


De hecho, este porcentaje de familias opina que en el centro al que acuden sus hijos se dan 'pocas o ninguna' oportunidad de participación a las familias. Sin embargo, otros datos del estudio señalan que 'sólo' el 2,7 por ciento de los adolescentes expresa que su familia 'no está nada contenta con el centro'.

Asimismo, la experta destacó la importancia de incidir en la prevención de 'problemas posteriores de los adolescentes desde primero de la ESO', así como para mejorar la colaboración familia-escuela. Según Díaz aguado, el nivel de colaboración familia-escuela disminuye gradualmente a medida que avanza el curso y la calidad de las relaciones y comunicación en la familia son mejor percibidas entre los adolescentes de primero de la ESO que en cursos posteriores.

Además, se desprendió de este estudio que el 75,6 por ciento de los adolescentes siente que se lleva 'bien' con los profesores y que el 91,5 por ciento 'se siente integrado' en el ámbito escolar.

Según los datos, un 20,9 por ciento de las familias encuestadas se preocupa por el aprendizaje escolar y la prevención del fracaso escolar de sus hijos, seguidos del 11,2 por ciento, que se preocupan en primer lugar por evitar la influencia negativa de las nuevas tecnologías.

El 10,2 por ciento reconocieron que se preocupan 'más' por lograr que se respeten las normas en casa, el 7 por ciento por problemas de humillación por parte de los compañeros, el 6 por ciento por problemas de relación con el profesorado y, finalmente, el 3,1 por ciento de las familias se inquieta prioritariamente por problemas de consumo de drogas ilegales.

Terra Actualidad - Europa Press

ABC

El 63,5% de los padres, a favor de dar un bofetón a sus hijos en situaciones críticas

Ya no se mira para otro lado. Cuando un menor es acosado en la escuela, más de siete de cada diez cuenta lo que sucede a sus padres (madres, sobre todo), y profesores para ayudar, sin considerar que el explicar lo ocurrido sea «chivarse». La mayoría de los alumnos (47,5%), intervienen para impedirlo.
La percepción social ha cambiado a raíz del caso «Jokin», el niño que se suicidó en Hondarribia (Guipúzcoa) hace cuatro años, indicó ayer María José Díaz Aguado, catedrática de Psicología de la Educación de la Universidad Complutense, responsable del estudio: «Las familias de Madrid ante la adolescencia y su educación. Como mejorar la convivencia y prevenir el acoso y otras formas de violencia», encargado por la consejería de Asuntos Sociales.
La mayor conciencia de que la violencia es fruto del entorno familiar, social y escolar, y que no se puede erradicar la escolar sin atajar las otras, unido al 63,5% de los padres, partidarios del bofetón, solo en una «situación crítica», figuran entre las conclusiones del informe que analizó la catedrática de Psicología.
Resolución de conflictos
El 54,6% de los padres y el 36,3% de los adolescentes son partidarios de resolver los conflictos familiares entre todos, «tratando de llegar al mejor acuerdo posible». Los padres tiene más peso a la hora de tomar decisiones, pero explican el por qué lo hacen (40,3% de adultos y 31,8% de sus vástagos). Nueve de cada diez menores perciben confianza y apoyo en su familia. Y, el 96,4% de los adolescentes afirman: «Mis padres están siempre que los necesito».
Sin embargo, las dificultades en las relaciones aumentan a medida que lo hace la edad de los chavales, por ello el 68% de los padres están algo/bastante/o muy de acuerdo con que «desearían que sus vástagos fuesen siempre pequeños». La mitad reconoce que tiene «muchos problemas para controlar a su hijo». Y, en las situaciones «críticas», el 63,5% de las familias son partidarias de «a veces pegar una bofetada para que aprendan», lo que, según la responsable del estudio, revela que hay falta de alternativas al castigo físico para hacer respetar las normas.
Por qué discuten
El desorden de la habitación, (81,8%), las notas (76,9%), y las peleas entre hermanos (73,9%), son las principales causas de discusión entre padres e hijos, según éstos últimos. «Ellos» tienen más problemas que «ellas» con la escuela (calificaciones, absentismo, deberes) y con el ocio (ver la «tele», amigos, dinero, hora de llegada a casa y de acostarse, la música que escuchan, la forma de vestir o las drogas). Y, las chicas, tienen más obstáculos en los asuntos domésticos (orden/tareas de casa...).
Familia-escuela-alumno
El 91,5% de los alumnos se siente muy integrado, el 90% considera que cae bien a sus compañeros y el 75,6% dice que se lleva bien con sus profesores. Solo en torno al 2% se siente solo y el 30% de los padres considera que en el centro «se dan pocas oportunidades de participación a las familias».
En cuanto a las calificaciones escolares, «los padres se suelen preocupar por las notas cuando son malas, no antes», indicó Díaz Aguado. Con todo, el 21% de ellos busca nuevas fórmulas para prevenir el fracaso escolar.
Acoso y victimización
Al rechazo generalizado a la violencia (75,5%) por parte de los adolescentes y al intento de cortar la situación del 47,5% de ellos «aunque no sea amigo de la víctima», cabe destacar que un 28% cree que debería impedirla, «aunque no lo hago». El 6% confiesa participar en la agresión (un 3,8% directamente o liderando al grupo y un 2,2% metiéndose con él/ella igual que el resto». Por último, un 15,6% se muestra indiferente porque «no es mi problema» y un 3% indica que «no participo, pero tampoco me parece mal lo que hacen».
Respecto a los indiferentes, Díaz Aguado indicó que, la mayoría no hacen nada para impedir las agresiones «porque temen convertirse en víctimas». Además, el 3,11% se siente rechazado, «a menudo o muchas veces», lo que implicaría «acoso psicológico», apuntó la encargada del estudio.
Tópico: Los hombres no lloran
El 38,1% de los padres está de acuerdo con que «los hombres no deben llorar», frase a través de la cual se puede reproducir, de forma sutil, las condiciones que conducen al sexismo y, a través de él, a la violencia de género. Lo mismo sucede con la de «si te pegan, pega», que comparte el 23,4% de los adultos y el 67% de los chicos

El País

El acoso escolar desciende después del 'caso Jokin'

Uno de cada dos adolescentes reaccionaría si conociera un caso

MARÍA R. SAHUQUILLO - Madrid - 20/02/2008

Amenazas, insultos, golpes. Más de 7.300 adolescentes (el 3,11%) de entre 12 y 16 años de la Comunidad de Madrid afirma sufrir acoso escolar en su punto más leve, el del rechazo. Los datos, que revela un informe elaborado por dos investigadoras de la Universidad Complutense de Madrid y que son representativos de toda España, muestran un ligero descenso de este fenómeno desde 2004. El punto de inflexión lo marca el caso Jokin. Desde entonces baja el número de agresores -de un 8% a un 6%- y de víctimas. Aumenta el número de adolescentes que reaccionaría ante una situación de acoso, uno de cada dos.

El número de agresores desciende de un 8% en 2004 a un 6% en 2007

Jokin tenía 14 años cuando se arrojó al vacío cerca de su casa, en Hondarribia, en septiembre de 2004. Sufría acoso escolar desde hacía un año. "Su caso fue el revulsivo que hizo a la sociedad tomar conciencia del problema", asegura María José Díaz-Aguado, catedrática de Psicología de la Educación y una de las autoras del informe Las familias de Madrid ante la adolescencia y su educación. Antes de Jokin, el 7,9% de los estudiantes de ESO madrileños afirmaban sentirse ridiculizados, según el estudio Maltrato entre iguales y exclusión social en la Comunidad de Madrid. Hoy son el 5,26% (unos 12.400).

"El problema del acoso escolar es generalizado y es gravísimo. No es algo puntual, sino constante, insultos, amenazas continuas... una situación insoportable", explica Encarnación García, de la Asociación Contra el Acoso Escolar (ACAE). Esta organización que creó Selene, la hija de 16 años de Encarnación y víctima a su vez de acoso escolar, recibió el año pasado unas 10.000 llamadas de víctimas y padres pidiendo consejo.

Pero el informe de 2007, elaborado con respuestas de 2.699 estudiantes de ESO de la Comunidad de Madrid y 1.433 familias, también proporciona el retrato de los agresores. Un 6% del alumnado (en torno a 14.000 adolescentes). El perfil de ese colectivo está claro para Díaz-Aguado: "La violencia no nace porque sí. Suelen ser jóvenes conflictivos, con malas relaciones en casa, alto porcentaje de fracaso escolar y que suelen recibir desde sus hogares el mensaje de tolerancia hacia ese comportamiento".

¿Cómo reacciona el resto mientras un compañero es acosado? Un 48% afirma que intervendría, aunque la víctima no fuese amigo suyo. Un porcentaje que era del 30,8% en un estudio del Defensor del Pueblo con datos de 1999 a 2006. Cifra que, a pesar de ser de toda España, es representativa, según los expertos. Pero no todos se pueden permitir el lujo de salir en defensa del agredido. El 28% asegura que, aunque sabe que la situación está mal y debería impedirla, no lo hace. "Son los llamados cómplices silenciosos", asegura Encarnación García. Díaz-Aguado lo explica: "Son alumnos menos asentados en el grupo. Tienen miedo de que, si reaccionan, la tomen contra ellos también".

ADN

Aulas menos violentas

Bajan un 44% los jóvenes que pegan a sus compañeros El 3,1% de los adolescentes se sienten rechazados en clase, un 16% menos que en 2004

Prado Campos Madrid

El 3% de los estudiantes madrileños de Secundaria (ESO) son víctimas de acoso escolar psicológico, según el estudio Las familias de Madrid ante la adolescencia y la educación. Cómo mejorarla convivencia y prevenir el acoso y otras formas de violencia, de la Consejería de Familia y la Universidad Complutense de Madrid (UCM), presentado ayer.

Aunque el 2% de los adolescentes reconocen no tener amigos en su centro de estudio, la violencia en las aulas ha disminuido respecto a los resultados de otro informe de la UCM de 2004.

"Mayor conciencia"

“La clave es que hay una mayor conciencia colectiva. Hasta ahora la principal causa de acoso escolar era la permisividad de la sociedad. Hoy se buscan alternativas: el diálogo, la autoridad y la necesidad de evitar los conflictos”, señala María José Díaz-Aguado, autora del estudio.

El 6% de los adolescentes se reconocen acosadores y lideran o participan de la agresión. El perfil de estos adolescentes coincide con el de los alumnos más conflictivos, con problemas de integración y socializados con la violencia.

Bajan también tanto los chicos que se sienten rechazados (3,11%) como los que se confiesan autores de los ataques (6%). “Ha habido un cambio de conciencia y el agresor no se siente apoyado y la víctima, en una sociedad más sensibilizada, asume más esta situación”, explica Díaz-Aguado.

Los adolescentes que reconocen rechazar a sus compañeros baja un 24% frente a 2004, quienes insultan y ofenden se reducen un 56% y los que pegan bajan casi a la mitad: el 44%.

El 75,5 contra el acoso

El 75,5% de los adolescentes se oponen a la violencia escolar. De estos alumnos, sin problemas educativos y más integrados, el 47,5% intenta “cortar la situación, aunque no sea amigo de la víctima” porque gozan de una posición de liderazgo en el grupo. El 28% cree que “debería impedir la agresión” aunque no lo hace por miedo a convertirse en víctima. El 18,6% opta por la indiferencia.

Díaz-Agudo señala: “Se ha superado el rechazo a recurrir al adulto, dejando de lado la idea de chivato”. Y como no es normal, la mayoría recurren a padres y amigos. Pero los padres no perciben el acoso escolar en toda su magnitud: sólo el 2,44% sabe que su hijo es rechazado respecto al 3,11% de los casos.

El fracaso escolar; la principal preocupación de los padres

Las notas siguen siendo la principal fuente de conflicto en las familias. El 20 9% de los padres tienen como principal preocupación evitar el fracaso escolar. Hay que destacar que el 7% de los adolescentes desearía dejar de estudiar.

La influencia negativa de las nuevas tecnologías y que se respeten las normas de la casa inquietan al 11 2% y el 10 2% de los padres mientras que los problemas de convivencia en las aulas suponen un tímido 7%.

Por su parte los adolescentes perciben como mayor fuente de problemas el desorden de su habitación (el 81 8%) las notas (76 9%) y las peleas entre hermanos (73 9%). Los chicos lideran los problemas relacionados con el instituto y el ocio mientras que los problemas con las chicas son por las tareas domésticas y la relación con los hermanos.

La comunicación y el valor de la familia es lo principal para padres e hijos aunque todos coinciden la falta de tiempo de calidad para compartir actividades: el 20% de adolescentes y el 10% de padres rompen sus planes.

EL APUNTE

El 63% de las familias ve bien una bofetada

“Si te pegan pega”. El 28,6% de los jóvenes ha recibido alguna vez este consejo el 10,3% de sus propios padres. Aunque se oponen al acoso el 23% de los adultos y el 67% de los chicos aprueban devolver el golpe. El 63,5% de los padres está de acuerdo en pegar una bofetada a su hijo en situaciones críticas.

20 MINUTOS

Las notas preocupan más a los padres que si sus hijos toman drogas

O.F.. 20.02.2008
Adolescentes en la entrada del instituto, en una imagen de archivo.

A los padres les quita más el sueño las calabazas y suspensos de sus hijos que las drogas o que el acoso escolar (bullying). Son algunas de las conclusiones a las que llega el estudio sobre las familias de Madrid ante la adolescencia y su educación presentado ayer por la Comunidad y realizado entre 1.433 padres y 2.699 adolescentes.

La mayoría de los hogares consultados consideran el fracaso escolar de sus hijos como su principal problema (un 20,2%), por encima de otros como el respeto por las normas de casa (10,3%), el bullying (7%) y el consumo de drogas (3,1%), a pesar de que el último estudio de la Comunidad sobre el tema refleja que el 52,3% de los adolescentes consume alcohol, un 1,7% cocaína, y que un número importante fuma porros (20,4%) o tabaco (29,7%). Además, un 63,5% se muestra partidario del castigo físico o de la bofetada "en situaciones críticas" y otro 50% reconoce tener mucha dificultad para controlar a los chavales.

Menos acosadores

El bullying destaca además como una práctica cada vez menos empleada, ya que el número de abusones ha descendido, pasando del 8% de 2005 al 6% de 2007. El número de acosados, sin embargo, se mantiene en torno al 3% (del 3,7% de 2004 al 3,1% de 2007), aunque sólo el 2,44% del total de padres encuestados creían que su hijo sufría bullying.

Estos datos confirman, según la catedrática de Psicología encargada del estudio, María José Díaz Aguado, "que los padres no conocen todos los problemas reales de sus hijos, ya que los que más les preocupan son los que ellos identifican como propios y cotidianos", afirma.

"Sin embargo", dice la investigadora, "la situación está mejor que hace años. Ahora el 70% de las familias se muestran partidarias de una educación de calidad basada en valores democráticos como son el respeto o el diálogo entre iguales".

CLAVES

Agresión: Así participan. Los adolescentes toman distintas posturas cuando presencian una agresión. Un 6% participa en ella, un 46,6% no hace nada "por la falta de poder", según los expertos; y otro 47,5% ataja la situación.

Integración: Con los profesores. Las familias tienen muy buena opinión de los colegios (más del 80% están satisfechas) aunque un 30% considera que su centro no les deja participar. El mejor profesor es el que transmite motivación por lo que enseña.

Respuestas: De los familiares. El "si te pegan, pega" no ha desaparecido. Un 10,3% de las familias todavía lo usan. Aún así, el consejo mayoritario que los padres dan a sus hijos cuando son agredidos es "evitar situaciones de riesgo

MADRIDIARIO.


Madrid - Sociedad
Seis de cada diez familias madrileñas, de acuerdo con pegar una bofetada a tiempo
19-02-2008 -

El 63,5 por ciento de las familias madrileñas opinan que "a veces puede ser necesario pegar una bofetada a los hijos para que éstos aprendan", según indicó este martes la catedrática de psicología de la educación de la Universidad Complutense, Maria José Díaz Aguado.

Esto fue durante la presentación del estudio 'Las familias de Madrid ante la adolescencia y su educación. Cómo mejorar la convivencia y prevenir el acoso y otras formas de violencia', realizado por la Consejería de Familia y Asuntos Sociales y la Unidad de Psicología Preventiva de esta misma universidad.
Esto implica que "siguen faltando alternativas al castigo físico para enseñar a respetar límites", según indicó Díaz Aguado. De hecho, el 50 por ciento de las familias encuestadas reconocen que tienen "mucha dificultad" para controlar a su hijo a veces o con frecuencia. Asimismo, de este estudio se desprendió que las dificultades entre padres e hijos "aumentan" en la disponibilidad para compartir actividades cuando éstas exigen cierto tiempo y dedicación.
A pesar de estos datos, la experta aseguró que las familias madrileñas "se identifican de forma muy generalizada con los valores de la democracia como una forma de vida". Así, el 93,7 por ciento de las familias del estudio creen que "conviene animar a los hijos a decir a sus padres qué costumbres familiares les parecen mal", y "solamente el 2,8 por ciento están de acuerdo con que "conviene dejar a los hijos que hagan lo que quieran porque de todas formas lo van a hacer".
Según los datos, "sólo" el 12,5 por ciento de los adultos opinan que es mejor dejar a su hijo solo cuando está preocupado si no quiere hablar con sus padres". Con estos datos, se ponen de manifiesto valores democráticos como el valor de la discrepancia, el derecho a la libertad de expresión, la imposición de límites sin caer en el autoritarismo ni en la negligencia, y el valor de la comunicación.
Además, el 54,6 por ciento de los adultos y el 36,3 por ciento de los adolescentes creen que los conflictos se resuelven llegando entre todos al mejor acuerdo posible, y el 40,3 por ciento de los adultos y el 31,8 por ciento de los adolescentes piensan que los padres tienen más peso en las decisiones pero explican por qué lo hacen.
Finalmente, la experta aseguró que el 99 por ciento de las familias "parecen proporcionar hoy confianza y apoyo a los adolescentes de forma muy generalizada", aunque las dificultades aumentan en la disponibilidad para compartir actividades cuando éstas exigen cierto tiempo y dedicación. Así, el 10 por ciento de los adultos y el 20 por ciento de los adolescentes reconocen que los padres "dejan de cumplir planes que habían hecho con su hijo".

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